El interés por disminuir el índice delictivo, no corresponde solo a las autoridades y los fabricantes de dispositivos de seguridad, en realidad es algo que todos deseamos que suceda, sin embargo, muchas veces ignoramos que una parte importante de la solución, puede estar en algo tan básico y esencial, como lo es el derecho a la educación.
El perfil de un delincuente
Existe una amplia variedad de estudios que se han encargado de analizar el perfil de un delincuente, y aunque este tema es de gran complejidad, han logrado determinar que existen algunos factores como nivel cultural, educación, personalidad, situación económica y relaciones familiares, tienen una marcada influencia en la actividad delictiva por parte de una persona.
Vale la pena destacar, que estos estudios no tienen como objetivo dar una excusa para aprobar una actividad delictiva que obliga a los propietarios a contratar los servicios de cerrajeros Cerdanyola profesional para reforzar la seguridad de su vivienda, pero no podemos negar que para encontrar la solución a un problema, es necesario encontrar las posibles causas que lo originan.
Los estudios han demostrado algunas condiciones en común entre los delincuentes, como provenir de una familia desintegrada, vivir con escasos recursos y un bajo nivel educativo.
La educación y los valores
Muchos estarán de acuerdo en que un buen ciudadano no nace, se hace. Así como aprendemos matemáticas, también debemos conocer normas de convivencia, respeto, empatía, solidaridad, entre otros valores.
Por norma general, los valores no solo deben ser aprendidos en los centros educativos, también deben ser reforzados en casa, en los centros deportivos y en las empresas.
Para los profesionales, lo mejor para evitar la evolución de la delincuencia, es conversar con sus hijos, expresar su amor y transmitir valores para que se conviertan en ciudadanos productivos que puedan disfrutar un mejor futuro.
El vínculo entre la educación y la criminalidad
De acuerdo con los expertos en el tema, la educación y la criminalidad tienen varios aspectos que los relacionan, uno de ellos, es el hecho de que el acceso a la educación incrementa la oportunidad de acceder a empleos estables y bien remunerados, haciendo que el posible interés hacia las actividades delictivas pierda su principal atractivo, que suele ser los beneficios financieros.
Otro vínculo que vale la pena mencionar, se conoce como el costo de la oportunidad, lo que se traduce como todo lo que se deja de ganar de manera honrada, en especial si el individuo tiene el potencial de obtener salarios elevados por buenos puestos de trabajo, y estar en prisión, de manera automática lo mantendría fuera del mercado laboral por un tiempo, sin mencionar que sería muy difícil de volver a formar parte de él, o por lo menos de encontrar un excelente cargo, debido a sus antecedentes penales.
De igual manera, las investigaciones afirman que la escolarización puede tener una influencia positiva de las personas, como hacerlas un poco más pacientes, también incrementando el temor o aversión al riesgo de perder todas las buenas oportunidades a las que tendría opción.